Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de 2014

Se van empañando los cristales

Vámonos. Escapemos. Juntos. A cualquier parte. No ha sabido cuidarte. Mientras tú me has curado hasta la saciedad. Siempre. Desde el primer momento. Te sonreí ¿recuerdas? Y no pude sostenerte la mirada. Y tú te acercaste. Y no volviste a irte nunca. Lo prometido es deuda: para siempre. Llueve. Y Julio se ha ido. Y el invierno ha llegado. Y tú estás al pie del cañón. Y yo también, pero a medias. Porque me da miedo el compromiso. Cómernos la boca. Y lo que no es la boca. Te quiero, joder. Te quiero. Ahora. Más que ayer, dicen. Pero menos que mañana, también dicen. Escondámonos del tiempo. Equilibra mis defensas. Sálvame la vida. Ven. No hay besos que perder. No hay distancias que ganar. Orgullosos. Abrazos letales. Acaríciame. Juguemos a querernos un poco más. A sentir más. Corazones valientes. Solo si se trata de nosotros. No voy a luchar por nadie más. Orgasmos al cielo. Rompiendo la barrera del sonido. Derrítete. Un infierno. En mitad de diciembre. Tu colchón...

Eres mi pecado sin remordimientos

Caí rendida en las trincheras de un amor a ratos. Nuestro amor fue el de dos cobardes dispuestos a nada. Sin embargo lo camuflamos, como haciamos con todos los problemas que no sabíamos solucionar. Nunca quisimos afrontar las dudas que dormían con nosotros. Llegabas tarde, después de días y días comiéndote el mundo. No me dabas razones y yo tampoco te las pedía. Jugamos al despiste durante meses hasta que nos dimos cuenta de que el uno sin el otro éramos la mitad de en lo que nos habíamos convertido juntos. Nunca fuiste un ángel, pero si alguna vez yo me parecí a alguno, fue gracias a ti.  Esos éramos nosotros, dos almas erráticas condenadas a no entenderse nunca pero también a no vivir separados por más de un par de centímetros. Inseguros, porque no sabíamos querernos ni a nosotros mismos. Egoístas, porque nadie nos había querido nunca de una manera sana. Y rotos, porque siempre que nos habíamos arriesgado sin hacer caso a la cabeza el corazón había salido escaldado. En...

Cambió besos por rosas...

Cambió besos por rosas. Las mariposas que le producía mirarle por versos en alquiler. Regaló sábados a quien no merecía ni un triste cuarto de hora. Y manipuló bocas salvajes hasta escuchar lo que ella quería oir. Dilapidó su autoestima para olvidarle pero obtuvo el efecto contrario. Diariamente se emborrachaba de complejos y se fumaba su imagen una vez más. Hasta que una fueron mil y no pudo soportarlo. Se comió la cabeza sin poder mover un dedo pues no sabía como encontrarle. Eran tales las diferencias que les separaban que más que improbable sabía que era imposible. Sabía echarle de menos noche sí y noche también, aunque ni siquiera se hubieran dirigido la palabra en la vida. Sus sonrisas empezaron a escasear. Dejó la improvisación a otros. Y se encerró en su mundo. Apagó cualquier luz y atascó puertas y ventanas incluso las salidas de emergencia. Supo lo quer era tener miedo de si misma. Multiplicó por un millón las derrotas y sus aspiraciones se quedaron tan cortas al lado de...

Eres mi rincón favorito de Madrid

Me gusta que te rías por todo. Que soluciones nuestras discusiones con besos. Que bailes bajo la lluvia. Me gusta que te duermas escuchando mi corazón o escuchando mi música. Me gusta cuando te pintas los labios rojos y te hacen juego con el pelo. Me gusta cuando me sorprendes, los hoyuelos que se te forman cerca de la boca cuando te enfuruñas. Me gusta cuando bailas sobre la cama, pegando saltos. Me gusta que no te gusten las aceitunas que te echan en la ensalada que te pides en nuestro restaurante y así picar de tu plato y del mío. Que busques siempre un equilibrio cuerpo-mente. Me gusta que sigas siendo una niña, tu inocencia, tu sentido del humor. Me gusta que me digas que yo soy tu salvavidas. Odio que te rías por todo. Que soluciones todas nuestras jodidas discusiones con malditos besos como si quisieras huir de todos nuestros problemas. Odio que bailes bajo la lluvia porque luego lo empapas todo. No soporto que te encarames en mi pecho como si fuese tu almohada, o que pongas...

Hay un arcoíris blanco y negro ahora en cada habitación

Tu oscuridad fue mi mayor guerra, ahora el enemigo duerme en mi cama. Pero ya no hay categorías, porque tu sueño es la paz que nos volvió aliados. Ya no hay trincheras y del único campo de batalla que aún permanece aquí no podemos salir heridos de muerte, pero sí melheridos a bocados. Voy a arrojar luz en tus heridas, para que los fantasmas se sepan descubiertos. Venga, duerme toda la noche, y que tu calor vuelva verano cada uno de mis inviernos. Eres lo único que no resta en mi vida. Voy a cudiarte, con el miedo que eso me ha producido siempre, pues conmigo misma he dejado mucho que desear. Solo te pido una cosa a cambio, si vas a huir hazlo ya, los para simpre están muy sobrevalorados pero no tengo ganas de estrellar mi corazón contra un muro de hormigón nuevamente, aunque sea tu muro de hormigón. Quítame el miedo a quererte, pero no me malacostumbres a tu compañía. No soy tan fuerte como he intentado hacerte ver, el hielo se derrite, pero lo que deja a su paso está averiado. No esp...

Los besos siguientes fueron hoy

Y esas putas mariposas en el estómago otra vez, como hace unos años. Como cuando quería comerse el mundo y saltar sobre nubes de algodón de azúcar y cursilerias de esas. Ahora se le quiere comer a él y saltar- a ser posible- sobre sus caderas. Ahora todos dicen que es fácil y que vale demasiado la pena, no como ayer, que lo único que querías saber tú de ella era la fecha exacta de su huida o si simplemente iba a marcharse para no volver. Ya no cambia besos por rosas ni se hace autofotos- selfies- colocando los morritos (ya sabes) como si fuera un pez. Hoy sus labios no son tu maldito cementerio de besos ni necesita otras sonrisas- y en especial la tuya- para sonreír, porque ha aprendido (y muy bien) a hacerlo solita. Has dejado de ser un vicio de su lista que ahora encabeza él. Y tus buenos días se quedan en nada al compararlos con como se los hace él. Ya sabes, el tiempo no espera, y ella tampoco (lo hizo, pero hasta el corazón tiene un límite para ser pisoteado). Y tus caricias bar...

Oigo orgamos en tu cielo

Dímelo al oído o con la mirada o incluso con silencios. Así hablamos nosotros, sin necesidad de palabras. Rózame la nuca con el pulgar mientras me atraviesas con los ojos y sacas de mí todo lo que me asusta. Cuando las cosas pintan feas en mi mundo me abres la puerta al tuyo, así de fácil, me cuelo entre las sábanas de tu habitación y dejo que las notas que respira tu guitarra me acunen hasta espantar todos mis fantasmas.  Yo voy a decírtelo muy bajito, no hay manos que curen como lo hacen las tuyas, ni verano más largo a tu lado, ni inviernos sin ropa si me faltas tú. Podría darte las gracias por rehacer mi vida o dedicarte un par de versos pero no es necesario porque últimamente no hay poesía sin ti, ni canciones que no terminen en tu colchón. Vamos a guardar en el baúl de la memoria las caricias y los besos. Para revivirlas cuando nuestros cuerpos no estén lo suficientemente cerca como para poderse sudar. Voy a darte de mí lo que por nadie más arriesgaría y sé que tú harás ...

Rompamos juntos la barrera del sonido

Voy a escribirte un verso por cada acorde que me dedicaste. Voy a borrar el surco que hay de mi cama a la tuya para que nadie más descubra nuestra trinchera. Cierra los ojos e imagina la locura que en tus labios voy a hacer. Quiero no echarte de menos y lo único que quiero echarte de más son polvos. No creo en los " para siempre ", pero creo en ti y en hacerte feliz. No hay nada que perder a tu lado, porque no necesito cosas materiales si estamos juntos. Así que hazme reír y córreme el rímel de risa y el carmín a base de besos. Eres un cordero con piel de lobo de cara al mundo y tu kriptonita soy yo. Soy las fauces que te comen de noche mientras te conviertes en lobo con piel de cordero. Viviendo al día, enganchados al ombligo del otro para no perder la vida. Somos dos promesas, un uno más uno que no suma más de cuerpo sobre la almohada desde hace mucho tiempo. Nos queremos como no saben los demás hacerlo, de verdad, pero sin reparos, ni espantos, ni celos. Solo con cielos p...

Y un corazón en la fotografía

Sacas lo mejor de mí. Es increible como una persona que se prvoca tanto daño pueda curar a otra de la forma en la que tú lo haces. Sueles repetirme con tu media sonrisa: Vas a matarme, amor . Pero el amor no mata y tú solito te estás encargando de cavarte tu propia tumba. En enero ya ibas dando tumbos, pero en diciembre no había nadie que te hiciera mantener el equilibrio, ni tan siquiera yo. Me dijiste un no te vayas a tiempo, y desde entonces no me he ido. Pero ahora me duele ver que no puedo mantenerte en pie y que sin embargo tú sabes perfectamente como sacarme a flote. Simplemente no es justo que a veces me de por huir y a ti por esperarme siempre. Te guardo mis mejores días, porque he nacido para curvarte la boca y besarte el corazón mientras tu saliva me moja el cuello a besos. No voy a curarte nunca, porque caminaré a tu lado siempre. Y si te caes, me tumbaré contigo en tu ombligo. Porque te prometo la vida, aunque sea un rato. VECA

Debe haber sal dentro de esa mirada que me cura tanto

Ahora que sabe que por fin le importas, vas tú y pasas de ella. Como antes ella pasaba de ti. Y así, eternamente enzarzados en un torbellino de emociones opuestas y de sentimientos a flor de piel siempre. Ella no quiere que las quieras como todos los demás podrían hacer, quiere que la hagas olvidar lo poco que ella se quiere a sí misma. Quiere despertar acurrucada en tu ombligo y contemplar las estrellas tumbados sobre la hierba. Quiere manta, peli y palomitas. Un poco de caos mañanero y un poco de guerra cálida nocturna. No pide más, aunque a ti no te haya pedido nada en voz alta, por si huyes como ella ha hecho siempre. Eres la paz que necesita su locura. La sonrisa que todo lo cura a su paso. Eres lo que necesita aunque no se haya dado cuenta hasta ahora porque nunca le gustó saber que junto a alguien puede ser más feliz simplemente porque ese alguien no va a dejar  que la oscuridad la derroque nuevamente. Tu luz invade su oscuridad. Tú la haces fuerte y ella lo ha descubierto ...

Voy a hacerte mi canción

Me equivoqué contigo, pero nos salió bien. Hasta que las cosas se torcieron tanto que acabé lléndome por la puerta de atrás, por no arrepentirme si te veía la cara. Me daba igual lo difícil que me lo pusieras todo, porque nunca dejé de luchar por ti, hasta que entendí que en mi vida solo quiero a los que saben valorarme y me curan las heridas que me abren los demás, no a quien me abre las heridas y me las cura a la vez. Sabes, he de reconocer que lo nuestro nunca fue amor, porque el amor, bueno o malo, siempre vale la pena y yo valía mucho y tú acabaste no valiendo ni mi risa. Entraste en mi vida porque me pillaste en un momento en el que no sabía que camino tomar y tú me dijiste cuatro tonterías bonitas, y yo- como una tonta- te creí a pies juntillas. Ahora no esperes más lunes a que vuelva a redimirte, porque- sabes una cosa- no voy a volver. Yo ya no dependo de ti, ni de si me miras, ni siquiera de si te importo- que aunque te joda, lo hago y mucho-, he recuperado la libertad que m...

Ahora en los hoteles muerdo otra ropa interior

Demasiada poca ropa a los pies del colchón y exceso de reproches sobre la cama. Ya no duermes en su pecho, ni juegas a quererle un poco más. Ya nadie te ama con palabras, ni te las escribe en la piel con las manos. Ahora has perdido la ilusión y echas de menos no llorar, y en la almohada no hay trincheras, ni orgasmos, ni sonrisas, ni un poco de magia directa del corazón para otro corazón enamorado. Cómo has sido tan idiota, cómo te has dejado engañar... Cómo no supiste regresar cuando se hacía tarde. Cómo preferiste sus lunares. Cómo no pediste una canción que llevara bordado tu recuerdo. Perdiste tu luz y volaste directa al centro del huracán. Y el miedo te engulló y sus celos echaron por tierra tus sueños y te ralló el corazón y te quemó el amor a base de cenizas que escupían sus cigarros después de cada polvo que no terminaba en reconciliación. Ya no le pidas más, no va a darte ni siquiera lo que tiene. Su "a cien por cien por ti" terminaba cuando cruzaba la puerta d...

Lucha de egos

Y entonces, sus miradas se cruzaron y un torbellino de sensaciones ascendieron desde su pecho a su cabeza. sus mejillas se colorearon de un suave y llamatico bermellón. Dejaron de mirarse a la vez, pero el cruce de miradas no cesó, cómo iba a cesar algo tan bonito... De repente, ella comenzó a tener unas ganas locas de acercarse a él, de probar sus labios, de saber si se le formaban hoyuelos cada vez que sonría, incluso quería experimentar algo más... íntimo. Él, por su parte, y aunque ella no tubiera ni la más mínima idea, quería estrechar entre sus brazos aquel menudo cuerpo de cabellos pelirrojos y besar esos labios parcialmente rojos que no se atrevía a aventurar si la pérdida de color se debía a algo eventual fruto de la naturaleza o a que otro antes que él ya los había acariciado. Dejó de preocuparse por cosas banales, claro que otro los habría acariciado, quién se resistiría... Ella le observaba de reojo, sin dejar en ningún caso que sus ojos se tocasen más de dos segundos se...

La primavera en tu boca

La preguntan en qué esquina perdió la sonrisa y ella no sabe qué responder. Porque no fue en una esquina, fue en otra sonrisa. Ella trata de ocultar las pocas ganas que tiene de volver a creer en el amor y es que nadie más sabe lo que ocurrió en su habitación de enero a marzo. Nadie conoce con quién compartió almohada ni en que trincheras decidió luchar. Nadie sabe que eligió bando y que perdió la guerra. Pero ella si te recuerda, como si fuera ayer, haciendo primavera el mismísimo invierno. Jugando en las trincheras de tu cama a ganar una guerra perdida porque te cambiaste de bando nada más empezar. Pero no todo fueron malas rachas, también hubo ataques de amor, algunas medio verdades aunque muchas más fueron las medio mentiras que terminaron siendo más veraces que tu verdad. Y así terminasteis, mordiéndoos el corazón para acallar a la razón cuando os queríais. La gente no entiende de amor y vosotros dos menos. Media ciudad ya sabe que no la echas en falta, la otra mitad sabe de sobr...

Seis canciones llevo sin dejarte de querer

Te tengo ganas desde el primer puto día que te miré por casualidad al cruzar la calle en plena Gran Vía. ¿Cómo, entre tantas malditas sonrisas, fui a fijarme en la tuya? Sacudiste mi vida, como un jodido terremoto, hasta que perdí el norte y tú te ganaste mi sur. Sin más. Sin lógica, porque por mucho que la busque, no logro encontrarla. ¿Fue el destino? ¿El karma? ¿Mi mala suerte? ¿O tu risa? Te reías... como un loco, sin preocuparte lo más mínimo de a cuántas princesas encantabas. Tú simplemente te reías a gritos, como a ratos suelo hacer yo. Y eso me caló hondo. ¿Sabes por qué le diste la vuelta a mi vida a pesar de no ser más que un desconocido que se patea la capital un lunes al sol con los colegas? Porque de repente me hiciste caer en la cuenta de lo que realmente quería. Quería un risa como la tuya riendo por nada en cualquier momento. Quería a alguien que compartiera su locura con la mía. Que no le tuviese miedo a sonreir en las buenas y en las malas. Quería a alguien como tú...

Si vas a quererme, quiéreme rápido

Ella cuestionaba el amor y lo trataba de usted. No creía en el amor a primera vista, ni a segunda y a veces ni a tercera. Ella cuestionaba todas las reglas no escritas sobre enamorarse. Tardaba un segundo en declinar la idea de salir con alguien solo porque pensaba que iba a ser una pérdida de tiempo. Solía pensar que el amor era algo lento, que lo rápido terminaba aún más deprisa. Por eso dejó pasar al amor de su vida porque le dio miedo subirse a un tren en marcha. Ella, loca entre las locas, su locura no conocía el miedo hasta que sus ojos se cruzaron con los de él en plena Gran Vía. Y qué iba a hacer una atea como ella con alguien como él. Correr el riesgo. Y descubrir que el amor carece de leyes y normas, que es instantáneo y físico y químico e interior. Que se siente con calambres en la piel cuando notas el tacto o el olor de esa persona. Que es algo mágico que supera lo racional. Que es la locura más bonita que experimenta el ser humano... Es tan simple como cerrar los ojos y as...

Aunque sea un rato

Cuidame que te debo la risa y quiéreme incluso cuando yo no sepa hacerlo. Porque he nacido para verte feliz. Y que esa felicidad proceda de mi sonrisa. Que no hay lunes que no sepa dulce si mis labios no se mojan de tu saliva. Y no hay domingo sin resaca de ti y tampoco quiero que los haya. Juguémonos todas las mañanas un para siempre aunque solo dure un rato porque a tu lado un solo segundo puede volverse infinito. No me llames princesa pues ni lo soy ni aspiro a serlo. Ni me mandes mensajitos de buenos días, prefiero que los hagamos juntos. No me quieras más de lo que sabes, porque a mí me gusta tu forma de quererme. No pidas de mí lo que no puedo darte, recuerda que siempre te daré todo lo que tenga sin escatimar. Júrame que todas nuestras discusiones terminarán en la cama. Y yo, por mi parte, te juro no huir jamás. Quiéreme como si fueras a morir . ¿Capaz o incapaz? VECA

Tu sonrisa es la más bonita cara al mar

Y entonces llegó el día en el que te eché de menos y tú ya no estabas para mí. No estabas ni cerca ni lejos, ni había distancias que fumarse, ni orgullos que tragarse, ni disculpas que pedir. Tú simplemente te habías marchado de mi vida sin mirar atrás porque yo misma te pedí que no lo hicieses nunca. Y ya era tarde para encontrarte, incluso para perderte de nuevo. Ya era tarde para todo, para un nosotros, para una oportunidad. Era tarde porque lo decidimos así y ahora yo me retractaba de mis palabras.  Y tú habías dejado de estar al pie del cañón. Ahí estaba, con una copa entre lo dedos escurriendo los últimos recuerdos que tenía de ti en la mesa que siempre pedías por nuestro aniversario. Hoy no había nada que celebrar. Bueno sí, lo bien que se me ha dado siempre huir de todo. De las responsabilidades. Del miedo. De la verguenza. De ti. De nosotros. Incluso de mí. Nunca te llegué a decir que tus hoyuelos al sonreir me tenían loca. Supongo que me creí más inmune al amor de lo...

Mirarte y morirme de amor

No me importa desnudarme en invierno si es contigo. Ni cerrar los ojos a plena luz del día si me besas. Ni hablar con silencios si me miras. No me importa hacerlo todo al revés, ni siquiera me importa si está o no bien visto hacerlo a nuestra manera. No me importa enamorarme de cada una de tus manías, pero voy a decirte una cosa: a mis ojos pocos defectos tienes. ¿Pero sabes que es lo más increíble? Poder hacerte feliz. Saber que yo soy la persona por la que sonríes todas las mañanas. Eso simplemente aumenta mis ganas de vivir. Por eso no me preocupa lo más mínimo salir a la calle a gritarlo. Te quiero. Por cómo eres en general y más cuando estamos a solas. Por la forma tan peculiar que tienes de que los demás sepan lo que nos queremos. De esa forma tan tuya, tan: esa chica que salta de charco en charco es la mejor de todas y está conmigo. Que no un: es mía. Soy tu acompañante en esta lucha de gigantes a la que llamamos vida. Y ahora que nos queremos tanto, me he dado cuenta de qu...

Pocos valen lo que tú vales

Tiene como costumbre dibujarse una sonrisa cada mañana. Ser feliz, aunque sea solo en apariencia. Suele subir la autoestima de los demás, aunque la de ella esté por los suelos. Da consejos que ni ella misma sigue. Nunca permite que nadie se hunda pero ella apenas es capaz de ver la luz por su propia cuenta. Ha tropezado con la misma piedra miles de veces y, a pesar de que ella piensa que esta vez es la buena, que la ha superado, vuelve a darse de bruces contra ella, a dos mil por hora. Vive dentro de una realidad distorsionada en la cual se mira al espejo  y no se ve lo suficientemente buena para nada, ni para nadie. En la que ella misma se coloca por debajo de los demás. Aunque a veces pueda parecer superficial y altiva, a sus espaldas lleva más fracasos que glorias. Pocos, muy pocos entienden lo que para ella significa mirarse al espejo y no aceptarse. Y eso es una derrota diaria. Se obsesiona por el físico, por unas medidas que la sociedad a preestablecido sin med...

No la dejes ir chaval, a veces es demasiado tarde.

Él la tenía ahí, en la palma de su mano. Pero le importaba más lo que pudieran pensar de él a lo que él pudiera sentir por ella. Ella era una más, una chica común, con ojos bonitos y sonrisa a juego. Ni llamativa ni expectacular. Ella estaba loca por él, pero ni él se lo merecía ni mucho menos ella. Ella estaba harta de esperar algo que nunca llegaría. De esperarle a él. De necesitarle y que él no la necesitara, nunca. De dormir sola y él acompañado de cientos de príncesas que perdían las bragas antes que la corona por su media sonrisa y sus aires de tipo duro. ¿La quería? Claro que no, porque él solo se quería a si mismo.  Pero él lo que necesitaba era una chica a la que proteger, a la que volver invencible, con la que volverse invencible. No una que se lo pusiera todo fácil. Él la necesitaba a ella. Pero ella se iba echando a perder. Ella seguía con esa mierda de que no era lo suficiente para él, ni suficientemente guapa, ni suficientemente delgada, ni suficientemen...

Quédate

Sí, lo hizo mal. Se equivocó y se resguardó en que nunca quiso nada serio con él. Se convenció así misma que cada noche en su ombligo fue una más. Que los besos y las sonrisas no tenían nada de especial. Que él era un capullo del montón y ella otro proyecto de princesa que se fue a pique. Ella era el fracaso en esa relación absurda que no tenía ni pies ni cabeza. Ella era la escasez de besos, el mal humor y los aniversarios olvidados. Él los abrazos en invierno, los bailes bajo la lluvia y los para siempre. Ella fue la que no supo valorar y él el que acabó perdiendo. Las canciones y las reconciliaciones se fueron a tomar por culo junto a los meses que vivieron juntos. Y luego todo volvió a la normalidad, más o menos rápido. Él se tomó su tiempo para alejarse de ella, para echarla de menos y para guardar sus sonrisas bajo llave. Ella prefirió dejarse la piel en cada esquina, calzarse su tacones más altos y seguir siendo feliz sin él ahogando sus penas en música. Pero no pa...

Los versos que nunca te di

Me apetecía escribirte una poesía pero tu nombre ya no rima con mis labios... Y te quiero por más que digan y te digan que no es cierto. Hoy sigues sonando en mi coche Y dices que me echas de menos Y yo ya no sé lo que creo Y quiero creer Y te quiero… Pero por encima de todo Me veo y no sé qué siento Cuando me cuelo en tu espejo Y me quedo como un tonto Observando tu reflejo Un maldito aguacero Que moja y me besa el pelo Mientras me enredo en tu abdomen Y digo que ya no te quiero. Aunque sea mentira Te tumbas sobre mi pecho Y pides que hable de nuevo Y buscas un nuevo te quiero Que no sabré decir… Y lo sabes, que ahora solo admiro tu nombre Y que no quiero más besos Que besen mis labios de noche. No puedo, Ni quiero perderte más tiempo. Ni quiero perderme en tu cama. Ni quiero más canas al aire. Porque hace tiempo que dije Que como tú no hay otros Que sepan volverme gigante Que sepan quererme por den...

Tengo el tiempo entre los dientes para ti

Tú me hacías cosquillas antes de dormir y yo me dormía en tus piernas cuando tenías insomnio. Lo hicimos todo de diez. Pero un día me cansé de que por rutina yo hubiera perdido tus cosquillas y tú tu falta de sueño. Y entonces todo se fue al garate, las cosquillas, el insomnio y las ganas. Tú preferías un par de besos antes de dormir y yo simplemente no quería acostarme todavía. Antes bailábamos bajo la lluvia y luego tan solo dejamos que la lluvia nos mojase después de salir a cenar. Nos toco luchar y apenas movimos un dedo por seguir juntos. Nos aferramos a la rutina, pero la rutina acabo aferrándose con más fuerza a nosotros. Y huímos. Así, sin más. Porque el amor no vive de cenizas y las nuestras se apagaron. Y no seré quien vuelve rogando una nueva oportunidad. Así que ya sabes... Atrévete a decir que no es amor... VECA

Puntos cardinales

Hicimos de la cama una trinchera y de nosotros mismos nuestros peores enemigos. Nos curábamos por las noches las heridas que nos abríamos nada más despertar. No supimos valorarnos y acabamos queriéndonos y odiándonos a partes iguales. Preferimos la guerra a la paz siempre que la guerra nos mantuviera unidos aunque fuese enfrentados. En cierta forma hicimos de esto algo personal y no dejamos que terceros se colaran en nuestro campo de batalla. Me cubriste el corazón de cicatrices que únicamente cerraba tu saliva. Chupé tus energías hasta que te quedaste en los huesos. Y nos costó darnos cuenta que lo nuestro no era amor y que nunca lo había sido. A tu lado perdí el norte y el sur e incendiamos media ciudad a base de orgasmos. Los besos con sabor a despedida inundaron cada esquina de la habitación. Y así abandonaste la Luna a su suerte a los pies de mi cama después de haber peleado tanto por arrancarla del cielo. Y las canciones siguen sonando en nuestro viejo radiocaset y aunque prom...

El cielo está en tus labios

Te abrazo por detrás, colando mis manos por tu camiseta, te beso el cuello y tú sonríes. -¿Qué quieres Valeria?- entrelazas tus dedos con mis dedos y apoyas tus labios sobre ellos sin apartar la vista de la pantalla del ordenador. -A ti- te susurro convencida y vuelvo a besarte. -Y yo- cierras los ojos y te dejas hacer y deshacer-. Pero ahora no puedo. Tengo que acabar esto. Apartas mis manos y cliqueas sobre una de las pestañas que acaba de aparecer en el ordenador. Yo asiento y me voy, sin esperar a que añadas nada más. Tiro de la camiseta que no da más de sí y me deja al aire los muslos. Salgo por la ventana del salón y tomo las escaleras de emergencia en dirección a la azotea. La noche ha caído pesada y fría pero el cielo está despejado.  Me tumbo sobre el alfeizar de piedra y contemplo el firmamento, perdiéndome entre las estrellas y tus no besos. -Vas a helarte. -Caliéntame Lucone- le miro y sus ojos miel me acarician la piel sin manos. -Y Guille me mata....

No digas que no

Tras un polvo, llega otro y otro más. Hasta que los muelles del colchón enmudecen y nuestras pieles dejan de echarse de menos. La diferencia a todas esas veces es que en esta ocasión quiero que la luna no nos deje ni dormir.Y encerrarme entre tus piernas y no parar de reír por nada del mundo. Cuando encuentre la manera de vivir colgada del pomo de la puerta de tu respiración y que la única razón hoy de seguir sea la misma hasta el día en que me muera. Y no me dejes ir y pide que te cuente las costelaciones de tus lunares cada noche, mientras tu me arrancas los complejos a bocados porque la ropa se cae sola. Ven y dime que vas a quererme siempre. Pero dímelo cada noche, como si fuera la primera vez. VECA

Dirty love

Y me masturbo pensando que son tus manos las que me tocan, pero mereces a alguien que te quiera de forma cuerda, no más ni mejor que yo, simplemente con algo de... cabeza. Aun así me arriesgaré a quererte un poquito más que de costumbre, por si las moscas. Ya me conoces, a veces te espero en sueños y cuando despierto prefiero huir de tu cama. Pero luego siempre acabo arrepintiéndome. Sabes de sobra que tú eres distinto al resto. Y tus vicios me traen de cabeza, pero tus imperfecciones te quedan de vicio en mi almohada. Eres un gigante y ya sabes que a todas las princesas se nos cae la corona alguna vez. Solo si vale la pena. Y tú vales la pena, la risa, el sexo y los orgasmos, la falta de sueño  y  los amaneceres. Siempre a tu lado. Todo contigo. Porque hace mucho que dejé de querer algo sin ti. Mereces que te quiera como no supe hacer la primera vez. Deja de comerte el mundo y cómeme a mí. Te veo luego, fiera. Enviar VECA

Recámara

  Y aunque no suene a tópico: no fui yo, fuiste tú. Dejaste que me separara de ti, fuiste cortando mis hilos. Me alejaste de tu vida, sin querer. Pensaste que yo podía superar cualquier cosa menos estar sin ti. Pero me doy cuenta de que también puedo pasar página. Pero no quiero. No quiero irme. No quiero que me alejes. No necesito ser lo mejor de tu vida, no, no busco esa clase de amor. Quiero despertar a tu lado más de dos días seguidos sin haber dormido en toda la noche. Quiero ser la mano a la que te agarres cuando cumplas tus metas. Quiero acercarte tus sueños y luchar en cada una de tus pesadillas. No quiero que me trates como una posesión, ni quiero impedimentos, ni reglas para querernos. No espero que tú te conviertas en mi parapeto ni que aguantes por mí mis caídas. Quiero estar segura de que cuando me hunda en la oscuridad, tu te cubriras de fango hasta las rodillas para secarme la ropa a mordiscos. El amor que busco en ti es de tú a tú. Y no me vale otro contigo. Por...

Haré como que no te quiero

Te quiero a ti y a nadie más, pero no voy a decírtelo en voz alta para que no te confíes. Lo daría todo una y mil veces por ti, por bajarte las estrellas aunque no fuera suficiente. Porque has puesto mi vida patas arriba, y ahora los días no son fríos o calientes, son contigo o sin ti. Y yo te prefiero a ti antes que a cualquiera, pero shhhhh... es un secreto (a voces). Como que tú le prefieres a él. Cuando te dije que te entendía te lo decía de verdad. -Ese par de ojos verdes no me comprenden. -Este par de ojos verdes saben lo que es mirar a alguien y tener que sonreír casi a la fuerza porque es lo que pasa cuando miras a una persona maravillosa. -Y cuando cierras los ojos... -La sigues viendo sonreír porque no hay recuerdo que te haga más feliz que su risa en cada rincón de tu mente, suave, ligera, tuya. -Pero no es tuya. -Claro que no lo es. Eso también puedes verlo en su mirada, porque nunca la dirije hacia ti. Aunque trates de llamar su atención a cada segundo, no eres l...