Voy a escribirte un verso por cada acorde que me dedicaste. Voy a borrar el surco que hay de mi cama a la tuya para que nadie más descubra nuestra trinchera. Cierra los ojos e imagina la locura que en tus labios voy a hacer. Quiero no echarte de menos y lo único que quiero echarte de más son polvos. No creo en los "para siempre", pero creo en ti y en hacerte feliz. No hay nada que perder a tu lado, porque no necesito cosas materiales si estamos juntos. Así que hazme reír y córreme el rímel de risa y el carmín a base de besos. Eres un cordero con piel de lobo de cara al mundo y tu kriptonita soy yo. Soy las fauces que te comen de noche mientras te conviertes en lobo con piel de cordero. Viviendo al día, enganchados al ombligo del otro para no perder la vida. Somos dos promesas, un uno más uno que no suma más de cuerpo sobre la almohada desde hace mucho tiempo. Nos queremos como no saben los demás hacerlo, de verdad, pero sin reparos, ni espantos, ni celos. Solo con cielos por los que volar cuando sacas tu guitarra y yo escribo mientras sueño sobre tu sonrisa que el Paraíso es nuestro cuarto aunque con puertas al infierno. Siempre nos hemos decantado por decirnos lo que nos queremos a deshora y en mal momento, pero cualquier mal momento es bueno para decir lo mucho que tu par de bengalas miel me llenan. Vamos a decorar los cristales con vaho orgásmico y tú píntame corazones en la espaldas mientras pierdes mi ropa debajo de la cama. Que nadie se conoce tus pecados como yo, porque los cometiste conmigo. Soy tu mentira piadosa y tu mi verdad a medias. Por eso se que tú eres mi balanza y yo tu salvavidas. Complementas mi mitad más negra y yo sano con saliva lo que te queda del corazón que nadie supo proteger con su vida como lo haría yo.
No voy a permitirme romperte nunca más.
No vas a permitirte olvidarme nunca.
Eres mi mitad más dulce.
Yo soy tu cuota de saliva.
VECA
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