
Tu oscuridad fue mi mayor guerra, ahora el enemigo duerme en mi cama. Pero ya no hay categorías, porque tu sueño es la paz que nos volvió aliados. Ya no hay trincheras y del único campo de batalla que aún permanece aquí no podemos salir heridos de muerte, pero sí melheridos a bocados. Voy a arrojar luz en tus heridas, para que los fantasmas se sepan descubiertos. Venga, duerme toda la noche, y que tu calor vuelva verano cada uno de mis inviernos. Eres lo único que no resta en mi vida. Voy a cudiarte, con el miedo que eso me ha producido siempre, pues conmigo misma he dejado mucho que desear. Solo te pido una cosa a cambio, si vas a huir hazlo ya, los para simpre están muy sobrevalorados pero no tengo ganas de estrellar mi corazón contra un muro de hormigón nuevamente, aunque sea tu muro de hormigón. Quítame el miedo a quererte, pero no me malacostumbres a tu compañía. No soy tan fuerte como he intentado hacerte ver, el hielo se derrite, pero lo que deja a su paso está averiado. No espero que me cures, hay cosas que es mejor hacer sola, pero puede que tengas la llave para dejar de sangrar.
No hay guitarra que no enamore
ni una sola derrota en la que no terminar por hallar paz.
VECA
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