Ir al contenido principal

Mirarte y morirme de amor

No me importa desnudarme en invierno si es contigo. Ni cerrar los ojos a plena luz del día si me besas. Ni hablar con silencios si me miras.
No me importa hacerlo todo al revés, ni siquiera me importa si está o no bien visto hacerlo a nuestra manera.
No me importa enamorarme de cada una de tus manías, pero voy a decirte una cosa: a mis ojos pocos defectos tienes. ¿Pero sabes que es lo más increíble? Poder hacerte feliz. Saber que yo soy la persona por la que sonríes todas las mañanas. Eso simplemente aumenta mis ganas de vivir. Por eso no me preocupa lo más mínimo salir a la calle a gritarlo. Te quiero. Por cómo eres en general y más cuando estamos a solas. Por la forma tan peculiar que tienes de que los demás sepan lo que nos queremos. De esa forma tan tuya, tan: esa chica que salta de charco en charco es la mejor de todas y está conmigo. Que no un: es mía. Soy tu acompañante en esta lucha de gigantes a la que llamamos vida. Y ahora que nos queremos tanto, me he dado cuenta de que he nacido para ello. Quizás también para escribir. Pero sin duda, para estar contigo. Gracias por regalarme de ti lo mejor. No te arrpentirás.
VECA

Comentarios

Entradas populares de este blog

Colección de imposibles

A veces nos olvidamos de soñar. Ahora que todo en la vida cuesta dinero, olvidamos que nuestros sueños son lo único que nos pertenece a nosotros solos. Y que somos nosotros, como únicos propietarios quienes podemos compartirlos con cualquiera. Olvidarse de soñar es como apagar el Sol. Es una fomra muy miserable de autodestruirse. Soñar significa que aún estás vivo, que aún no han podido contigo, que te lo han quitado todo, menos las ganas de seguir jugando. Hasta los peones tienen posibilidad de convertirse en reyes y quién te dice a ti que ella no puede ser tu reina. Si se deja de soñar, se deja de luchar. Nadie puede luchar por otra persona eternamente sin recibir algo a cambio. Nadie puede soñar por ti y mucho menos hacer tus sueños realidad. Una partida de ajedrez no se termina cuando se coloca al rey entre la espada y la pared, ni cuando se le deja solo, ni mucho menos cuando pierde a su reina; termina cuando se rinde, cuando prefiere morir a seguir defendiéndose. Si inve...

Y que te haces autofotos colocando los morritos como si fueras un pez

Esta noche está dispuesta a todo. Ha soltado las gafas de sol y los pitillos negros y los ha cambiado por un ajustado y corto vestido. Ha tirado la timidez y los complejos y los ha metido a presión y bajo llave en un antiguo baul que no sabía ni que existía.  Se ha retratado en el espejo sin una pizca de maquillaje y se ha visto rompedora. Ha sonreido como no lo hacía en años. Se ha puesto los tacones más altos sabiendo de antemano que mañana se verá igual de guapa en sudadera y deportivas. Está decidida a ver el mundo con otros ojos y para ello tiene que empezar por si misma.  Ha recogido los pedazos de hombres lobo que va soltando la luna llena y se los ha puesto a modo de amuleto. Ha besado su collar de la suerte suspirando mientras anochecia y ha pedido, no uno, sino siete deseos como los enanitos de aquella princesa Disney. Ha salido a la calle mordiendo el polvo y las heridas para poder ponerse en pie y ahora se siente como nueva mirando casi como si ella sola pudier...

ALAS

Porque avanzo más deprisa andando en círculos entre tus piernas, cuando el mundo es más chiquitito ahí, bajo nuestra manta de amaneceres. Allí, tu risa hace crecer alas. El tiempo más bonito es el que detenemos. Y los besos de película, se ruedan sin cámaras. Porque tienes lunares en forma de sueños que llevan mi firma. Y eso, cariño, ha iluminado muchos nubarrones. Porque cuando ríes, ríe Madrid y se quedan mudos los atardeceres. VECA