Ir al contenido principal

Siempre fue mucho más fácil decir te quiero

 

Dicen que el tiempo todo lo cura, pero tú ausencia no la cierran las horas, ni las caricias de otras manos, ni los besos de cualquier par de labios ansiosos por buscar acompañante las noches de luna llena. Ya no se lleva bailar bajo la lluvia como hacíamos tú y yo. Ni quererse a diario. Sin rigurosas reglas, ni contratos, ni promesas sin fondo. Confieso que a veces te echo de menos y otras simplemente te echo de más. Es que nadie nos aviso de que la calma anuncia la tormenta y la tormenta éramos nosotros mismos. Y no pudimos salvarnos, y nos quedamos ahí, reducidos a nada, con lo que simpre hemos sido tú y yo...
Y de nada nos valió luchar, porque la tormenta no dejó de pisarnos los tobillos.
Y nos hundimos, porque fue la salida más sencilla.
Y renunciamos a las cosquillas, a las caricias, a los besos. Porque nunca fuímos tan valientes como para pelear con uñas y dientes por algo. Y a pesar de que hay muchos peces en el mar, yo solo te quiero a ti, porque los demás no saben contarme los lunares como lo hacías tú. Y ahora amanece más deprisa y el colchón no se queja tanto y las paredes no se sonrojan al vernos.
Y la tormenta pudo con nosotros.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Colección de imposibles

A veces nos olvidamos de soñar. Ahora que todo en la vida cuesta dinero, olvidamos que nuestros sueños son lo único que nos pertenece a nosotros solos. Y que somos nosotros, como únicos propietarios quienes podemos compartirlos con cualquiera. Olvidarse de soñar es como apagar el Sol. Es una fomra muy miserable de autodestruirse. Soñar significa que aún estás vivo, que aún no han podido contigo, que te lo han quitado todo, menos las ganas de seguir jugando. Hasta los peones tienen posibilidad de convertirse en reyes y quién te dice a ti que ella no puede ser tu reina. Si se deja de soñar, se deja de luchar. Nadie puede luchar por otra persona eternamente sin recibir algo a cambio. Nadie puede soñar por ti y mucho menos hacer tus sueños realidad. Una partida de ajedrez no se termina cuando se coloca al rey entre la espada y la pared, ni cuando se le deja solo, ni mucho menos cuando pierde a su reina; termina cuando se rinde, cuando prefiere morir a seguir defendiéndose. Si inve...

Y que te haces autofotos colocando los morritos como si fueras un pez

Esta noche está dispuesta a todo. Ha soltado las gafas de sol y los pitillos negros y los ha cambiado por un ajustado y corto vestido. Ha tirado la timidez y los complejos y los ha metido a presión y bajo llave en un antiguo baul que no sabía ni que existía.  Se ha retratado en el espejo sin una pizca de maquillaje y se ha visto rompedora. Ha sonreido como no lo hacía en años. Se ha puesto los tacones más altos sabiendo de antemano que mañana se verá igual de guapa en sudadera y deportivas. Está decidida a ver el mundo con otros ojos y para ello tiene que empezar por si misma.  Ha recogido los pedazos de hombres lobo que va soltando la luna llena y se los ha puesto a modo de amuleto. Ha besado su collar de la suerte suspirando mientras anochecia y ha pedido, no uno, sino siete deseos como los enanitos de aquella princesa Disney. Ha salido a la calle mordiendo el polvo y las heridas para poder ponerse en pie y ahora se siente como nueva mirando casi como si ella sola pudier...

ALAS

Porque avanzo más deprisa andando en círculos entre tus piernas, cuando el mundo es más chiquitito ahí, bajo nuestra manta de amaneceres. Allí, tu risa hace crecer alas. El tiempo más bonito es el que detenemos. Y los besos de película, se ruedan sin cámaras. Porque tienes lunares en forma de sueños que llevan mi firma. Y eso, cariño, ha iluminado muchos nubarrones. Porque cuando ríes, ríe Madrid y se quedan mudos los atardeceres. VECA