Ir al contenido principal

Que esa boca es mía...


Teníamos una extraña forma de querer, nos gustaba sentirnos vacíos, no nos gustaba que nadie nos terminara de llenar nunca. No arriesgágamos el corazón, solo los golpes. Dejamos de perseguir el sol para pereguir las estrellas, que a fin de cuentas, no eran más que el mismo perro con distinto collar. Nuestras cabezas eran un maldito precipicio por el que nadie se atrevió nunca a mirar porque ¿quién se arriesgaría a una muerte segura? Solo nosotros.
Corriamos tan deprisa que nos dejamos atrás siempre. Tanto, que las dudas dejaron de atormentarnos, convirtiéndonos en las dudas de los demás. Éramos dos locos envidiados por aquellos que se tomaban la vida con cierta calma. En cambio nosotros no nos tomamos nada en serio. Hicimos que la vida dejara de valer la pena para que empezara a valer la risa. Nos fue como el culo, claro. Pero nunca esperamos nada mejor.
Nos quisimos como quiere el mar al horizonte, a distintacia. Porque juntos éramos un maldito volcán en erupción. Nos reinventamos por cada esquina, reventando sueños que nunca nos atrevimos a confesar. Por eso deje de querer que te quedarás, pero nunca quise que te fueras del todo. Nos queríamos a medias, a medias mordidas cada noche de luna llena. Nuestro amor resultó de todo menos rentable. Fuiste mi peor inversión a largo plazo pero tengo tantas deudas con tu cama que no me importaría cobrármelas contigo. Tú solo quería mis noches más largas y yo solo buscaba tus amaneceres más cortos. Nunca te quise más que a nadie. Porque nadie me quiso nunca más que yo.
Siempre me prometías morir por mí, pero no de amor, sino de vicio. Y así nos fue, nos dejamos para a los días cogernos con más ganas. Quisimos ir juntos al fin del mundo y acabamos confundiendo las ganas con sexo y el sexo con los recuerdos. Y ahora que nos queremos como se quieren los cuerdos con fidelidad y rutina, rompamos los silencios con besos que demuestran lo mucho que se necesitan nuestras bocas y lo poco que lo hacen nuestros corazones.
Quédate hoy, que quiero quererte aunque sea de mentira. Y que nos crezca la nariz mientras nuestras almas se encuentran en el infierno.
                                  VECA

Comentarios

Entradas populares de este blog

Colección de imposibles

A veces nos olvidamos de soñar. Ahora que todo en la vida cuesta dinero, olvidamos que nuestros sueños son lo único que nos pertenece a nosotros solos. Y que somos nosotros, como únicos propietarios quienes podemos compartirlos con cualquiera. Olvidarse de soñar es como apagar el Sol. Es una fomra muy miserable de autodestruirse. Soñar significa que aún estás vivo, que aún no han podido contigo, que te lo han quitado todo, menos las ganas de seguir jugando. Hasta los peones tienen posibilidad de convertirse en reyes y quién te dice a ti que ella no puede ser tu reina. Si se deja de soñar, se deja de luchar. Nadie puede luchar por otra persona eternamente sin recibir algo a cambio. Nadie puede soñar por ti y mucho menos hacer tus sueños realidad. Una partida de ajedrez no se termina cuando se coloca al rey entre la espada y la pared, ni cuando se le deja solo, ni mucho menos cuando pierde a su reina; termina cuando se rinde, cuando prefiere morir a seguir defendiéndose. Si inve...

Y que te haces autofotos colocando los morritos como si fueras un pez

Esta noche está dispuesta a todo. Ha soltado las gafas de sol y los pitillos negros y los ha cambiado por un ajustado y corto vestido. Ha tirado la timidez y los complejos y los ha metido a presión y bajo llave en un antiguo baul que no sabía ni que existía.  Se ha retratado en el espejo sin una pizca de maquillaje y se ha visto rompedora. Ha sonreido como no lo hacía en años. Se ha puesto los tacones más altos sabiendo de antemano que mañana se verá igual de guapa en sudadera y deportivas. Está decidida a ver el mundo con otros ojos y para ello tiene que empezar por si misma.  Ha recogido los pedazos de hombres lobo que va soltando la luna llena y se los ha puesto a modo de amuleto. Ha besado su collar de la suerte suspirando mientras anochecia y ha pedido, no uno, sino siete deseos como los enanitos de aquella princesa Disney. Ha salido a la calle mordiendo el polvo y las heridas para poder ponerse en pie y ahora se siente como nueva mirando casi como si ella sola pudier...

ALAS

Porque avanzo más deprisa andando en círculos entre tus piernas, cuando el mundo es más chiquitito ahí, bajo nuestra manta de amaneceres. Allí, tu risa hace crecer alas. El tiempo más bonito es el que detenemos. Y los besos de película, se ruedan sin cámaras. Porque tienes lunares en forma de sueños que llevan mi firma. Y eso, cariño, ha iluminado muchos nubarrones. Porque cuando ríes, ríe Madrid y se quedan mudos los atardeceres. VECA