
Se ha levantado con esas ganas locas de tener el valor suficiente como para plantarse delante de él y decirle lo mucho que le gusta y lo mucho que pierde la cabeza por él. Las lágrimas que ha derramado, la impotencia, las malas noches, la música a todo volumen para no echarle de menos. Pero de nuevo se ha visto pequeña sin saber cómo actuar y como coño explicarle que esto no va de días, ni de besos, ni de abrazos, va de sentimientos y de corazón. Que no cuentan ni los disparos en camas ajenas ni las miradas sin rumbo. Que solo cuentan ellos.
Pero no, no se ve lo suficientemente buena para él, ese es el problema. Ella no se cree suficiente para él. Por mucho que lo sea.
Le falta determinación por cada lunar de su cuello. Le pierde el miedo y la comen las dudas. Y eso que él es todo lo contrario. Quizás eso también la asuste, a fin de cuentas, nadie daría un euro por ellos, ni siquiera ella misma. Por mucho que pierda el culo por su sonrisa.
Ella cree que él merece mucho más.
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