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Mostrando entradas de agosto, 2014

Mirarte y morirme de amor

No me importa desnudarme en invierno si es contigo. Ni cerrar los ojos a plena luz del día si me besas. Ni hablar con silencios si me miras. No me importa hacerlo todo al revés, ni siquiera me importa si está o no bien visto hacerlo a nuestra manera. No me importa enamorarme de cada una de tus manías, pero voy a decirte una cosa: a mis ojos pocos defectos tienes. ¿Pero sabes que es lo más increíble? Poder hacerte feliz. Saber que yo soy la persona por la que sonríes todas las mañanas. Eso simplemente aumenta mis ganas de vivir. Por eso no me preocupa lo más mínimo salir a la calle a gritarlo. Te quiero. Por cómo eres en general y más cuando estamos a solas. Por la forma tan peculiar que tienes de que los demás sepan lo que nos queremos. De esa forma tan tuya, tan: esa chica que salta de charco en charco es la mejor de todas y está conmigo. Que no un: es mía. Soy tu acompañante en esta lucha de gigantes a la que llamamos vida. Y ahora que nos queremos tanto, me he dado cuenta de qu...

Pocos valen lo que tú vales

Tiene como costumbre dibujarse una sonrisa cada mañana. Ser feliz, aunque sea solo en apariencia. Suele subir la autoestima de los demás, aunque la de ella esté por los suelos. Da consejos que ni ella misma sigue. Nunca permite que nadie se hunda pero ella apenas es capaz de ver la luz por su propia cuenta. Ha tropezado con la misma piedra miles de veces y, a pesar de que ella piensa que esta vez es la buena, que la ha superado, vuelve a darse de bruces contra ella, a dos mil por hora. Vive dentro de una realidad distorsionada en la cual se mira al espejo  y no se ve lo suficientemente buena para nada, ni para nadie. En la que ella misma se coloca por debajo de los demás. Aunque a veces pueda parecer superficial y altiva, a sus espaldas lleva más fracasos que glorias. Pocos, muy pocos entienden lo que para ella significa mirarse al espejo y no aceptarse. Y eso es una derrota diaria. Se obsesiona por el físico, por unas medidas que la sociedad a preestablecido sin med...

No la dejes ir chaval, a veces es demasiado tarde.

Él la tenía ahí, en la palma de su mano. Pero le importaba más lo que pudieran pensar de él a lo que él pudiera sentir por ella. Ella era una más, una chica común, con ojos bonitos y sonrisa a juego. Ni llamativa ni expectacular. Ella estaba loca por él, pero ni él se lo merecía ni mucho menos ella. Ella estaba harta de esperar algo que nunca llegaría. De esperarle a él. De necesitarle y que él no la necesitara, nunca. De dormir sola y él acompañado de cientos de príncesas que perdían las bragas antes que la corona por su media sonrisa y sus aires de tipo duro. ¿La quería? Claro que no, porque él solo se quería a si mismo.  Pero él lo que necesitaba era una chica a la que proteger, a la que volver invencible, con la que volverse invencible. No una que se lo pusiera todo fácil. Él la necesitaba a ella. Pero ella se iba echando a perder. Ella seguía con esa mierda de que no era lo suficiente para él, ni suficientemente guapa, ni suficientemente delgada, ni suficientemen...

Quédate

Sí, lo hizo mal. Se equivocó y se resguardó en que nunca quiso nada serio con él. Se convenció así misma que cada noche en su ombligo fue una más. Que los besos y las sonrisas no tenían nada de especial. Que él era un capullo del montón y ella otro proyecto de princesa que se fue a pique. Ella era el fracaso en esa relación absurda que no tenía ni pies ni cabeza. Ella era la escasez de besos, el mal humor y los aniversarios olvidados. Él los abrazos en invierno, los bailes bajo la lluvia y los para siempre. Ella fue la que no supo valorar y él el que acabó perdiendo. Las canciones y las reconciliaciones se fueron a tomar por culo junto a los meses que vivieron juntos. Y luego todo volvió a la normalidad, más o menos rápido. Él se tomó su tiempo para alejarse de ella, para echarla de menos y para guardar sus sonrisas bajo llave. Ella prefirió dejarse la piel en cada esquina, calzarse su tacones más altos y seguir siendo feliz sin él ahogando sus penas en música. Pero no pa...

Los versos que nunca te di

Me apetecía escribirte una poesía pero tu nombre ya no rima con mis labios... Y te quiero por más que digan y te digan que no es cierto. Hoy sigues sonando en mi coche Y dices que me echas de menos Y yo ya no sé lo que creo Y quiero creer Y te quiero… Pero por encima de todo Me veo y no sé qué siento Cuando me cuelo en tu espejo Y me quedo como un tonto Observando tu reflejo Un maldito aguacero Que moja y me besa el pelo Mientras me enredo en tu abdomen Y digo que ya no te quiero. Aunque sea mentira Te tumbas sobre mi pecho Y pides que hable de nuevo Y buscas un nuevo te quiero Que no sabré decir… Y lo sabes, que ahora solo admiro tu nombre Y que no quiero más besos Que besen mis labios de noche. No puedo, Ni quiero perderte más tiempo. Ni quiero perderme en tu cama. Ni quiero más canas al aire. Porque hace tiempo que dije Que como tú no hay otros Que sepan volverme gigante Que sepan quererme por den...

Tengo el tiempo entre los dientes para ti

Tú me hacías cosquillas antes de dormir y yo me dormía en tus piernas cuando tenías insomnio. Lo hicimos todo de diez. Pero un día me cansé de que por rutina yo hubiera perdido tus cosquillas y tú tu falta de sueño. Y entonces todo se fue al garate, las cosquillas, el insomnio y las ganas. Tú preferías un par de besos antes de dormir y yo simplemente no quería acostarme todavía. Antes bailábamos bajo la lluvia y luego tan solo dejamos que la lluvia nos mojase después de salir a cenar. Nos toco luchar y apenas movimos un dedo por seguir juntos. Nos aferramos a la rutina, pero la rutina acabo aferrándose con más fuerza a nosotros. Y huímos. Así, sin más. Porque el amor no vive de cenizas y las nuestras se apagaron. Y no seré quien vuelve rogando una nueva oportunidad. Así que ya sabes... Atrévete a decir que no es amor... VECA

Puntos cardinales

Hicimos de la cama una trinchera y de nosotros mismos nuestros peores enemigos. Nos curábamos por las noches las heridas que nos abríamos nada más despertar. No supimos valorarnos y acabamos queriéndonos y odiándonos a partes iguales. Preferimos la guerra a la paz siempre que la guerra nos mantuviera unidos aunque fuese enfrentados. En cierta forma hicimos de esto algo personal y no dejamos que terceros se colaran en nuestro campo de batalla. Me cubriste el corazón de cicatrices que únicamente cerraba tu saliva. Chupé tus energías hasta que te quedaste en los huesos. Y nos costó darnos cuenta que lo nuestro no era amor y que nunca lo había sido. A tu lado perdí el norte y el sur e incendiamos media ciudad a base de orgasmos. Los besos con sabor a despedida inundaron cada esquina de la habitación. Y así abandonaste la Luna a su suerte a los pies de mi cama después de haber peleado tanto por arrancarla del cielo. Y las canciones siguen sonando en nuestro viejo radiocaset y aunque prom...

El cielo está en tus labios

Te abrazo por detrás, colando mis manos por tu camiseta, te beso el cuello y tú sonríes. -¿Qué quieres Valeria?- entrelazas tus dedos con mis dedos y apoyas tus labios sobre ellos sin apartar la vista de la pantalla del ordenador. -A ti- te susurro convencida y vuelvo a besarte. -Y yo- cierras los ojos y te dejas hacer y deshacer-. Pero ahora no puedo. Tengo que acabar esto. Apartas mis manos y cliqueas sobre una de las pestañas que acaba de aparecer en el ordenador. Yo asiento y me voy, sin esperar a que añadas nada más. Tiro de la camiseta que no da más de sí y me deja al aire los muslos. Salgo por la ventana del salón y tomo las escaleras de emergencia en dirección a la azotea. La noche ha caído pesada y fría pero el cielo está despejado.  Me tumbo sobre el alfeizar de piedra y contemplo el firmamento, perdiéndome entre las estrellas y tus no besos. -Vas a helarte. -Caliéntame Lucone- le miro y sus ojos miel me acarician la piel sin manos. -Y Guille me mata....

No digas que no

Tras un polvo, llega otro y otro más. Hasta que los muelles del colchón enmudecen y nuestras pieles dejan de echarse de menos. La diferencia a todas esas veces es que en esta ocasión quiero que la luna no nos deje ni dormir.Y encerrarme entre tus piernas y no parar de reír por nada del mundo. Cuando encuentre la manera de vivir colgada del pomo de la puerta de tu respiración y que la única razón hoy de seguir sea la misma hasta el día en que me muera. Y no me dejes ir y pide que te cuente las costelaciones de tus lunares cada noche, mientras tu me arrancas los complejos a bocados porque la ropa se cae sola. Ven y dime que vas a quererme siempre. Pero dímelo cada noche, como si fuera la primera vez. VECA

Dirty love

Y me masturbo pensando que son tus manos las que me tocan, pero mereces a alguien que te quiera de forma cuerda, no más ni mejor que yo, simplemente con algo de... cabeza. Aun así me arriesgaré a quererte un poquito más que de costumbre, por si las moscas. Ya me conoces, a veces te espero en sueños y cuando despierto prefiero huir de tu cama. Pero luego siempre acabo arrepintiéndome. Sabes de sobra que tú eres distinto al resto. Y tus vicios me traen de cabeza, pero tus imperfecciones te quedan de vicio en mi almohada. Eres un gigante y ya sabes que a todas las princesas se nos cae la corona alguna vez. Solo si vale la pena. Y tú vales la pena, la risa, el sexo y los orgasmos, la falta de sueño  y  los amaneceres. Siempre a tu lado. Todo contigo. Porque hace mucho que dejé de querer algo sin ti. Mereces que te quiera como no supe hacer la primera vez. Deja de comerte el mundo y cómeme a mí. Te veo luego, fiera. Enviar VECA

Recámara

  Y aunque no suene a tópico: no fui yo, fuiste tú. Dejaste que me separara de ti, fuiste cortando mis hilos. Me alejaste de tu vida, sin querer. Pensaste que yo podía superar cualquier cosa menos estar sin ti. Pero me doy cuenta de que también puedo pasar página. Pero no quiero. No quiero irme. No quiero que me alejes. No necesito ser lo mejor de tu vida, no, no busco esa clase de amor. Quiero despertar a tu lado más de dos días seguidos sin haber dormido en toda la noche. Quiero ser la mano a la que te agarres cuando cumplas tus metas. Quiero acercarte tus sueños y luchar en cada una de tus pesadillas. No quiero que me trates como una posesión, ni quiero impedimentos, ni reglas para querernos. No espero que tú te conviertas en mi parapeto ni que aguantes por mí mis caídas. Quiero estar segura de que cuando me hunda en la oscuridad, tu te cubriras de fango hasta las rodillas para secarme la ropa a mordiscos. El amor que busco en ti es de tú a tú. Y no me vale otro contigo. Por...

Haré como que no te quiero

Te quiero a ti y a nadie más, pero no voy a decírtelo en voz alta para que no te confíes. Lo daría todo una y mil veces por ti, por bajarte las estrellas aunque no fuera suficiente. Porque has puesto mi vida patas arriba, y ahora los días no son fríos o calientes, son contigo o sin ti. Y yo te prefiero a ti antes que a cualquiera, pero shhhhh... es un secreto (a voces). Como que tú le prefieres a él. Cuando te dije que te entendía te lo decía de verdad. -Ese par de ojos verdes no me comprenden. -Este par de ojos verdes saben lo que es mirar a alguien y tener que sonreír casi a la fuerza porque es lo que pasa cuando miras a una persona maravillosa. -Y cuando cierras los ojos... -La sigues viendo sonreír porque no hay recuerdo que te haga más feliz que su risa en cada rincón de tu mente, suave, ligera, tuya. -Pero no es tuya. -Claro que no lo es. Eso también puedes verlo en su mirada, porque nunca la dirije hacia ti. Aunque trates de llamar su atención a cada segundo, no eres l...