Ir al contenido principal

Quererte a medias

Decoraste mis paredes con tus besos. Bajaste las persianas y encendiste mi sonrisa. Desjaste que lo único que nos calentara en los días fríos fuesen nuestras manos. Olvidamos la ropa en el descansillo y la timidez en el garaje. Nos dejamos comer y deborar. Nos volvimos indomables. Tú plantaste las trincheras en mi cama y yo me fui a la guerra contigo. Las pinturas de guerra se borraban con el sudor que caía cada vez que nuestras miradas se encontraban. Nuestros inviernos eran los más calidos de toda la ciudad, nuestro veranos eran playas sin mar. Y ahí estábamos, tú y yo, dos locos que se querían o al menos, soñaban hacerlo. Y de fondo nuestra canción, esa que decía que los imposibles solo existían en tu imaginación y que razón tenía... Mis medias mordidas junto a tus desportivas a los pies del colchón...
Y luego todo se vino abajo, como un castillo de naipes en medio de un huracán, como un castillo de arena en mitad de un tsunami. No fue suficiente querernos a medias. Ni siquiera a medias roidas por la pasión. No bastó apagarte el Sol y bajarte las estrellas. No me bastó con que estuvieras los meses bisiestos y fiestas del calendario.
Y donde una vez hubo sueños ahora solo quedan pesadillas al borde del suicidio. La oscuridad rota por gemidos, ahora solo la logra interrumpir la Luna con sus complejos. ¿Ahora quién cuenta tus lunares antes de ir a dormir? ¿Ahora quién me rompe las medias?
Nunca supimos querernos más y nunca quisimos probar a hacerlo mejor porque a fin de cuentas ambos sabemos que los para siempre duran un rato y que de vez en cuando es mejor que para toda la vida.
Los muelles de mi colchón siempre te echarán de menos, pero este año viene bisiesto y saben de sobra que regresarás.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Colección de imposibles

A veces nos olvidamos de soñar. Ahora que todo en la vida cuesta dinero, olvidamos que nuestros sueños son lo único que nos pertenece a nosotros solos. Y que somos nosotros, como únicos propietarios quienes podemos compartirlos con cualquiera. Olvidarse de soñar es como apagar el Sol. Es una fomra muy miserable de autodestruirse. Soñar significa que aún estás vivo, que aún no han podido contigo, que te lo han quitado todo, menos las ganas de seguir jugando. Hasta los peones tienen posibilidad de convertirse en reyes y quién te dice a ti que ella no puede ser tu reina. Si se deja de soñar, se deja de luchar. Nadie puede luchar por otra persona eternamente sin recibir algo a cambio. Nadie puede soñar por ti y mucho menos hacer tus sueños realidad. Una partida de ajedrez no se termina cuando se coloca al rey entre la espada y la pared, ni cuando se le deja solo, ni mucho menos cuando pierde a su reina; termina cuando se rinde, cuando prefiere morir a seguir defendiéndose. Si inve...

Y que te haces autofotos colocando los morritos como si fueras un pez

Esta noche está dispuesta a todo. Ha soltado las gafas de sol y los pitillos negros y los ha cambiado por un ajustado y corto vestido. Ha tirado la timidez y los complejos y los ha metido a presión y bajo llave en un antiguo baul que no sabía ni que existía.  Se ha retratado en el espejo sin una pizca de maquillaje y se ha visto rompedora. Ha sonreido como no lo hacía en años. Se ha puesto los tacones más altos sabiendo de antemano que mañana se verá igual de guapa en sudadera y deportivas. Está decidida a ver el mundo con otros ojos y para ello tiene que empezar por si misma.  Ha recogido los pedazos de hombres lobo que va soltando la luna llena y se los ha puesto a modo de amuleto. Ha besado su collar de la suerte suspirando mientras anochecia y ha pedido, no uno, sino siete deseos como los enanitos de aquella princesa Disney. Ha salido a la calle mordiendo el polvo y las heridas para poder ponerse en pie y ahora se siente como nueva mirando casi como si ella sola pudier...

ALAS

Porque avanzo más deprisa andando en círculos entre tus piernas, cuando el mundo es más chiquitito ahí, bajo nuestra manta de amaneceres. Allí, tu risa hace crecer alas. El tiempo más bonito es el que detenemos. Y los besos de película, se ruedan sin cámaras. Porque tienes lunares en forma de sueños que llevan mi firma. Y eso, cariño, ha iluminado muchos nubarrones. Porque cuando ríes, ríe Madrid y se quedan mudos los atardeceres. VECA