Y entonces la música dice por ti, lo que tú jamás te atreverías a confesar. La música es y será esa arma de doble filo que te cura y te envenena por igual. Que se disfraza por y para ti, cumpliendo deseos. Que llega en el momento exacto y te arrastra y protege con la misma fuerza devastadora. Que esconde y libera. Que atrapa y calla. Que no te deja nunca. Que está siempre ahí y saca de nosotros lo mejor. Nos muestra tal y como somos. Nos hace vulnerables, nos hace fuertes. Nos hace suyos, a la vez, que ella no deja de ser nuestra. Ella, que es la única que nos ha visto por los suelos y ha sabido levantarnos más invencibles que antes. Ella, que con su sola presencia hace que las horas corran. Ella que es la magia de nuestras vidas. Ella, que es la banda sonora del mundo. VECA
Dreamers can't be tamed