Sigue teniendo esa sonrisa que te dejaba KO pero ya no eres el único en su jodida vida.
Tú
la hiciste creer en cuentos de hadas, en que todo era del color de las
rosas de tu jardín. La malacostumbraste a desayunos, a escapadas y a
sorpresas. Y después te marchaste porque lo veías todo demasiado serio.
Ahora
ella es feliz, ha recobrado su bonita sonrisa, sus ganas de comerse el
mundo, de rozar las nubes. Ha recordado porqué sufrir y porque no, y tú
ya no estás entre sus prioridades. Ella sigue teniendo sus verdes ojos
saltones y espabilados que sabían mirar sin timidez alguna. Y esas
mejillas candentes llenas de ternura que irradiaban complicidad. Ella
prefirió al tío que le mordía las medias antes que al que le mordía la
boca y al que le hacía llorar de risa antes que al que le hacía llorar
por putadas que la sacaban de quicio tanto como tú y no os llevaban a
ninguna parte. Dejó las salidas nocturnas, los vestidos cortos y las
deportivas en el fondo del armario. Él siempre la ha tratado como una
princesa, no como tú, que siempre la llevabas a rastras como una cría
consentida y caprichosa. Él no la lleva el desayuno a la cama pero en su
lugar, le regala una rosa, como las de tu jardín, en cada aniversario y
ya van unos cuantos. Ella continúa sin ser muy romántica y para que
negarlo, sigue colgada de cada lunar de tu espalda, pero prefiere mil
veces antes esas rosas a tus espinas. Y esa vida tranquila a las
correrías contigo. Lo que no sospechan ni sus padres ni él es que ella
sigue durmiendo en camas ajenas por los litros y litros de alcohol que
se fuma en vena cada miércoles para olvidarte, porque por mucho que
dijera ella que había pasado página, no era cierto, jamás te ha
superado. Ni a ti ni a tus salidas de tono ni a tus reconciliaciones.
Eso no quita que la hayas perdido y que no va a volver a caer entre tus
brazos para algo más serio que dos polvos de despedida.
Ella
estaba hecha a tu medida. Pero tú la dejaste pasar. Así que ahora no
vengas con excusas más baratas que tus promesas, la has perdido, chaval y
ella no quiere dejarse recuperar.
Leerte es una de las drogas a las que me engancho.
ResponderEliminarNo he visto nada igual. En serio...sigue así c:
No sabes cuanto me alegra que te guste lo que escribo, gracias por leerme ^^
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