La quise como se quiere al tiempo
sin darte cuenta.
Ella no necesitó demasiado,
quizás un buenos días o un ojala comiencen a llover sueños y así escampen mis pesadillas.
Tan sutil como el aleteo de sus pestañas
kilométricas.
Tan barato.
Tan valioso.
La perdí como se pierde el tiempo
entre mentiras.
Era verano y yo fumaba un piti de buenos días,
ella no volvió a dármelos.
Y ese día llovieron sueños en Madrid,
claro que lo hizo.
Y declaró la guerra en tiempo de cobardes.
Y escampó pesadillas con cada pestañeo.
Y voló...
por encima de mi humo
haciendo oes con mis cenizas...
Y se fue.
Y no la vi marchar,
como tampoco la vi venir.
Pero os juro que lo segundo no dolía tanto.
sin darte cuenta.
Ella no necesitó demasiado,
quizás un buenos días o un ojala comiencen a llover sueños y así escampen mis pesadillas.
Tan sutil como el aleteo de sus pestañas
kilométricas.
Tan barato.
Tan valioso.
La perdí como se pierde el tiempo
entre mentiras.
Era verano y yo fumaba un piti de buenos días,
ella no volvió a dármelos.
Y ese día llovieron sueños en Madrid,
claro que lo hizo.
Y declaró la guerra en tiempo de cobardes.
Y escampó pesadillas con cada pestañeo.
Y voló...
por encima de mi humo
haciendo oes con mis cenizas...
Y se fue.
Y no la vi marchar,
como tampoco la vi venir.
Pero os juro que lo segundo no dolía tanto.
VECA
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