Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de junio, 2014

Globos de helio

A veces espera a que todo salga mal, sin molestarse siquiera en intentar que algo de todo esto salga bien. Supongo que hoy es un día de esos. Uno de esos días en los que no se siente Kriptonita ni diamante, más bien simple papel. Uno de esos días en los que ser sincera no la es muy complicado y que el orgullo parece haberse marchado de vacaciones. Uno de esos días en los que desearía poder estar cara a cara con él, frente a frente, sin miedos, sin restrinciones, sin errores, sin pasos en falso y decirle ¿y ahora qué? Poder mirarle a los ojos y decirle simplemente te necesito conmigo, porque eres la razón de volver aquí una y otra vez, porque lo malo a tu lado es menos malo, porque simplemente te quiero. Pero a ella le cuesta un mundo poder decir esas dos palabras. Porque es la diferencia entre ser feliz o hundirse en medio de la oscuridad, una oscuridad que no la asusta lo más mínimo porque ella se escapa allí siempre que puede. Porque estar a su lado o no determina ser o no feliz. ...

Arrebatos noctámbulos

He dejado de creer en ti. Con la misma facilidad con la que se deja de poner dientes debajo de la almohada una vez que descubres que el ratoncito Pérez no es casi nunca un roedor. Con la rapidez con la que se pasa de escribir de lápiz a boli. A la misma velocidad que de estar aquí, muy arriba, caigo ahí, muy abajo. Con la pasividad de tus ojos cuando me ven en público y la tempestad que reflejan en privado. Cínico, y yo más. Por estar contigo a medias, a tientas, a la grande y a la chica. Por querernos a ratos como los locos, y encima querernos mal, muy mal, tan mal que después del polvo no había abrazos sino bronca y vuelta a las mismas. A tu indiferencia vespertina y tus arrebatos noctámbulos. Idiota. Pedazo de idiota. Y yo más. Por dejar que me quisieras a ratos cuando yo te quería para toda la vida. Pero así me va, tú recargándote entre mis piernas y yo perdiendo fuerzas por culpa de tus mentiras que se suicidaban incluso antes de que las dijeses con la media sonrisa en la cara y ...

Todo lo nuestro es sucio

Deja de decir que estamos perdiendo el tiempo porque lo único que perdemos juntos es la ropa, en tu casa, en la mía, o en el portal cuando no nos aguantamos la ganas de perder el tiempo. Deja de decir que esto no va a llegar a buen puerto, porque puedo pasarme toda la vida en alta mar surfeando sobre las olas de las sábanas del colchón. Deja de decir que no nos necesitamos, porque es una obviedad, pero admite que me echas de menos a veces y otras directamente me hechas de cualquier rincón de tu subconsciente con tal de que no se te haga la boca agua. Porque aunque te joda admitirlo te mueres por pasar un día más conmigo contándome los lunares de la espalda y yo me muero por escuchar todas y cada una de tus mentiras que en mi oído suenan tan ciertas, pero no lo son. Como nosotros, no somos, no somos nada, más que un par de (¿) incomprendidos (?) que buscan quererse un rato, pero quererse desnudos y el uno encima del otro, con los ojos bien abiertos para no perdernos nada. Somos un ca...

La vida es bella

La vida es una sucesión de casualidades. La vida es un sucesión de casualidades inesperadas que iluminan tu camino. La sucesión de casualidades inesperadas que iluminan tu camino son errores al noventa por ciento. Los errores, que son el noventa por ciento de las casualidades inesperadas que iluminan tu camino, te salvan la vida. Te salvan la vida los errores para bien o para mal. Para bien o para mal, te salvan la vida los errores que iluminan el noventa por ciento de tu camino. La diferencia entre el bien y el mal es relativo. Tan relativo como que noviembre es frío en comparación con julio, pero ¿y en comparación con enero? Amar u odiar, es bueno o malo, según muchos segunes . El según más importante es el que responde al quién y no al cómo. Porque el cómo es tan relativo como los sentimientos. No solo se puede querer bien o mal. No solo se puede odiar bien o a medias. También se puede querer como uno sabe. Y odiar como uno sabe. Yo sé quererte, no sé si bie...