Es adicta a los siempres que duran un rato pues son los únicos que ella promete y cumple. No le gusta poner la otra mejilla y normalmente piensa mucho antes de actuar. Le gusta estar sola porque confía tan poco en la gente que no se fía ni de su propia sombra. No es insegura, pero eso no quita que las dudas le surquen la cabeza y el corazón oscureciendo sus sentimientos. No es mala persona simplemente nunca ha sido buena. Le gusta todo pero nunca se queda con nada. No hace daño por placer simplemente es que ella no le tiene apego a las cosas. Puede reinventarse porque no se considera atada a nada y ese es el para siempre más certero en su vida: es libre, por eso está sola. Pero no se lamenta por ello, pues fue elección y no huida. Prefirio la libertad a las ataduras. Por eso el mundo la duele y la cura a partes iguales. Por eso nadie ha conseguido entenderla nunca.
A veces nos olvidamos de soñar. Ahora que todo en la vida cuesta dinero, olvidamos que nuestros sueños son lo único que nos pertenece a nosotros solos. Y que somos nosotros, como únicos propietarios quienes podemos compartirlos con cualquiera. Olvidarse de soñar es como apagar el Sol. Es una fomra muy miserable de autodestruirse. Soñar significa que aún estás vivo, que aún no han podido contigo, que te lo han quitado todo, menos las ganas de seguir jugando. Hasta los peones tienen posibilidad de convertirse en reyes y quién te dice a ti que ella no puede ser tu reina. Si se deja de soñar, se deja de luchar. Nadie puede luchar por otra persona eternamente sin recibir algo a cambio. Nadie puede soñar por ti y mucho menos hacer tus sueños realidad. Una partida de ajedrez no se termina cuando se coloca al rey entre la espada y la pared, ni cuando se le deja solo, ni mucho menos cuando pierde a su reina; termina cuando se rinde, cuando prefiere morir a seguir defendiéndose. Si inve...
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