La vida es breve. El tiempo olvida por nosotros. El dolor enseña. Los fallos no serán nunca aciertos pero siempre estarán ahí. Un para siempre dura un rato. Todo tiene solución aunque no lo parezca a simple vista. El cielo está demasiado lejos, pero las estrellas son inalcanzables. Los límites están para superarlos. Las metas para romperlas. Las salidas de emergencia para cuando la puerta está atascada. La luz para cuando hay demasiada oscuridad. El alcohol para ahogar las penas. El deseo para consumirlo. El vicio para tenerlo. El dinero para gastarlo. El amor de tu vida para perderlo. Las caricias para regalarlas. Los besos para alquilarlos. Las puestas de sol para disfrutarse. El frío para dar calor. El calor para buscar más calor. La cama para dormir. El amor para hacerlo. Las farolas para apagarlas. Las cenizas para encenderlas. Las medias para romperlas. Los labios para morderlos. La música para soñar. La gloria y el fracaso es relativo. Así que no pienses, solo actúa. Impulsos. No dejes que nadie te marque las pautas de tu vida. Lanza los estereotipos baratos que esta sociedad a queridos estableceer como perfectos, porque lo que es perfecto para unos no es perfecto para otros. Todo se basa por el prisma con el que observes tu vida. No dejes que nadie diga que no puedes conseguir algo. Tira tu lista infinita de complejos que solo ves tú. Y empieza a valorar quién y cómo eres. Las derrotas mídelas en intentos. Las victorias con una copa de champán. Brinda con sonrisas. Y empieza a descubrir que puedes comerte el mundo.
A veces nos olvidamos de soñar. Ahora que todo en la vida cuesta dinero, olvidamos que nuestros sueños son lo único que nos pertenece a nosotros solos. Y que somos nosotros, como únicos propietarios quienes podemos compartirlos con cualquiera. Olvidarse de soñar es como apagar el Sol. Es una fomra muy miserable de autodestruirse. Soñar significa que aún estás vivo, que aún no han podido contigo, que te lo han quitado todo, menos las ganas de seguir jugando. Hasta los peones tienen posibilidad de convertirse en reyes y quién te dice a ti que ella no puede ser tu reina. Si se deja de soñar, se deja de luchar. Nadie puede luchar por otra persona eternamente sin recibir algo a cambio. Nadie puede soñar por ti y mucho menos hacer tus sueños realidad. Una partida de ajedrez no se termina cuando se coloca al rey entre la espada y la pared, ni cuando se le deja solo, ni mucho menos cuando pierde a su reina; termina cuando se rinde, cuando prefiere morir a seguir defendiéndose. Si inve...

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