Tú solías estar tan feliz como yo, la diferencia era que mi felicidad dependía casi por completo de la tuya. Acabé cogiéndole el gusto a tus abismos, porque en ellos aprendí a volar. Mi cama se llenó de los te echo de menos que nunca me atreví a confesarte. Llegaste y arrasaste con todo y a mí que me gusta tanto complicarme la vida... Pero a fin de cuentas si no estás aquí no será porque no sabes donde encontrarme. Este es el enésimo motivo para olvidarte, pero una parte de mí se empeña en no retroceder y continuar con este suicidio sentimental. Por eso mientras pienso en no querer volver a saber nada más de ti, me destruye el hecho de no poder verte a todas horas. Tú solías jugar y yo acepté tus reglas sin medir las consecuencias de mis decisiones. Con lo fácil que sería todo si no nos empeñasemos en complicarnos la vida... Te doy la razón, a veces no sé lo que quiero, pero estoy segura de que sea lo que sea lo tienes tú. Joder, sería tan genial estar juntos ahora que no creerías lo feliz que podrías hacerme. Pero soy una cobarde y me puede el miedo a perderte más que el de quedarme con las ganas. Quiero arriesgarme por ti en la práctica lo que en la teoría hago, pero también es jodido asumir que si no estás quizás es porque no quieras. Descuida, yo tampoco me elegiría pero joder si tú lo hicieras... Y acabaré perdiéndote del todo, porque hay una gran parte de mí que prefiere autodestruirse a cuidarse. Sin embargo, lo arreglas todo a mi alrededor aunque sea sin darte cuenta, que le vamos a hacer.
Y al final llegas a la conclusión de que la vida no es el cuento de hadas que te hacen creer cuando eres un niño. Que las películas Disney son solo eso, películas. Que los príncipes azules escasean. Que crecer es difícil. Y que solo se madura a base de golpes contra muros de hormigón. La vida en resumidas cuentas es caer y tener el suficiente valor como para levantarte despues. Tantas veces como haga falta. La vida es quedarse en la cama hasta tarde los sábados y joderte cada lunes deseando que la semana pase rápido. La vida es sacar sonrisas a los demás pero sin olvidar la tuya nunca. Creer en ti mismo, porque nadie lo hará por ti. Correr, gritar o llorar. Cuándo, dónde y cómo te de la gana. A quien le guste bien y a quien no, la verdad es que no me importa. La vida es enamorarse y desenamorarse. Es querer ser mayor cuando eres un crío y querer ser un crío cuando eres mayor. La vida es despertar muerto de sueño por las mañanas y acostarse pronto por las noches para no dormirte al dí...

Un relato en el que muchísimas personas podrán verse reflejadas. Supongo que es el tipo de piedra en el que todo el mundo debería tropezar una vez en su vida. Aunque algunas personas se encariñan con la piedra.
ResponderEliminarLas complicaciones gratuitas nunca llevan a nada. Eso también hay que tenerlo grabado a fuego.
Me duele/molesta la frase "Descuida, yo tampoco me elegiría pero joder si tú lo hicieras...". Lo importante es que te elijas tú primero. Eso hará que se pregunte esa persona si también debería hacerlo.