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Mostrando entradas de agosto, 2013

No apagues la luz aún, me quedan versos que darte (II)

Al final te darás cuenta de que no existen dos caminos, existen bifurcaciones constantes, pérdidas y suplencias, ganancias y largos inviernos. Tu existencia no será más que una decisión solapada con otra. Nunca se puede volver a atrás pero siempre se puede propiciar un nuevo intento, nadie ha dicho que no pueda andarse en círculos por está vida. No te estanques en algo, reinventarse es parte del proceso de estar vivo. Cuando dejes de buscar algo que te llene del todo: estarás muerto. Justo entonces te habrán vencido. Te habrás dejado vencer. Por eso no te resistas a hacer lo que más te gusta, aunque nadie te tome por cuerdo. La locura hace importante a los locos. Un día te dirán que puedes y al siguiente te lo echarán en cara. No juzgues, perdona pero no olvides. Nadie olvida, tenlo en cuenta. No te encasilles, demuéstrales a todos que la esencia no se pierde te vistas como te vistas. Que el exterior solo es el fruto de una sucesión de casualidades. Las cualidades inte...

No apagues la luz aún, me quedan versos que darte

Camina. Limpiate el fango que recubre tus rodillas a lametazos y desmuestrales a todos lo equivocados que estaban cuando te dieron por muerto. Ponte en pie mostrando las cicatrices que coleccionas y te aleccionan. No tengas miedo, a veces ni siquiera hay luz al final del túnel, no la busques. Solo hazles ver que sigues en la partida y que sabes suplir las derrotas por lecciones ganadas. Jugar es lo único que queda en esta vida. Juega tus cartas de la mejor forma que sepas, no tienes porque llevar una estrategia tatuada a fuego en el pecho, de improvisación también se vive. No decaigas ni siquiera cuando tu propia sombra te abandone, pues siempre habrá tiempos mejores. No creas todo lo que te digan al igual que no desconfíes de todo lo que te callan. Después de la tormenta no siempre llega la calma, puedes darte de bruces con cien mil infiernos el mismo día y no perecer. Vas a conocer el sabor del polvo probablemente más veces del que degustes el sabor de la dulce victoria. Pero abraza...