En un rincón del cielo

  Es que es eso, prefiero huir de todo cuando aún hay tiempo. Parar el reloj y que el resto miren mientras yo me dedico a ser feliz. Quiero ser diferente, aunque nadie lo note. Quiero llegar a ser lo que llevo soñando desde que era pequeña, sin trabas, ni atajos. Quiero escribir un libro y que me digan si soy buena o si no valgo para esto, pero al menos quiero intentarlo. No quiero que me regalen las cosas si no conseguirlas por mi misma. Me gustaría decirle a ese chico a la cara que no le quiero y que ya se terminó todo pero no me veo capaz, y a ese otro que necesito su jodida sonrisa para sonreír. Llamar a mi abuela cada día y darla las gracias por todo y mucho más, pero no se puede expresar con palabras. Me gustaría colocar a cada persona que considero y consideraba mi amiga en un tablero de ajedrez y comprobar cuantos me han fallado. Y sin duda no serían pocos. Por un momento me gustaría desaparecer y ver que ocurriría, quien me buscaría, a quien le importaría o ...

Por muy catorce de febrero que sea, mejor sola que mal acompañada. Pues tus besos ya no le saben absolutamente a nada, tal vez solo a decepciones, a muchas, en realidad. Ni tus sonrisas le traen de cabeza. Ni pierde el culo por tus ojos azules, ni por la galaxia de lunares de tu espalda, ni tus hoyuelos. Que todas esas canciones de amor regaladas en fechas importantes han perdido la fuerza y ahora las escucha porque sí, sin necesidad de recordarte en ninguna de ellas. Ya no echa de menos tus 'buenos días, pequeña' quizás porque los ha cambiado por miles de 'hasta siempre, princesa'. Ha metido los besos que le dejaste colgados del cuello en alguna esquina y para no perder las viejas costumbres sus labios siguen rojos y sus medias más mordidas que nunca. Continua de bar en bar, con su vestido corto, arrasando y acostándose cuando el sol ya lleva despierto un par de horas. Sigue siendo una cabeza loca que no ha encontrado al capullo perfecto para compartir sus ganas de...